sábado, 24 de noviembre de 2012

Clase 8: 21-11-2012


      La competencia y la aparición de las nuevas tecnologías son sólo dos de los factores que han hecho que muchas empresas se planteen un proceso de renovación y mejora, que se basa en la innovación permanente. Día a día las empresas se enfrentan a nuevos retos, ya sea una organización consolidada o una pequeña empresa que apenas está empezando. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de la gestión del cambio en las empresas. Consiste en aprovechar los cambios del entorno para el bien de la empresa. Por ello, las compañías deben apostar por el cambio, además de que su personal tiene que estar totalmente dispuesto a implantar ese cambio. 

      Es en el personal en quien nos vamos a centrar en este caso al hablar del cambio, en cómo dicho cambio afecta a todos los trabajadores de la empresa. Estas innovaciones y cambios influyen directamente en la actitud y el rendimiento de las personas que trabajen en la empresa. Constituye un desarrollo para todos ellos. Hoy, casi todas las organizaciones entienden que hay que hacer cambios para desarrollarse. Si no se logra hacer cambios, la empresa se quedará con lo mismo, con lo ya conocido y más cómodo, pero no podrá sobrevivir en el mundo donde reina la competitividad. Cada empresa tiene que comprender lo que es el cambio y gestionarlo para poder sobrevivir, adaptarse al entorno, puesto que la gestión del cambio es la gestión del futuro. Así se puede decir que el cambio tiene un valor positivo.
     El proceso del cambio es complicado, puesto que el cambio lo introducen personas y afecta a personas, es decir, las personas son su causa y su fin. A lo largo del proceso del cambio, desde la toma de decisión y desde que se encuentra la necesidad de hacer el cambio, las decisiones del director de la empresa chocan normalmente con las emociones de los empleados. El error principal es pensar en el cambio como en un acontecimiento que no está ligado con las emociones. 
       En ocasiones, los propios empleados se pueden negar al cambio. La primera causa de ello es que no tienen suficiente información sobre el cambio y tienden a demorarlo, lo que es percibido como una forma de resistencia. Esa falta de información se puede deber a la falta de comunicación por parte del director de la empresa sobre el proyecto de cambio. De esta manera, el trabajador no tiene en cuenta los beneficios que puede aportar el cambio para la empresa.
        A pesar de esto, no se puede negar que, hoy en día, este cambio del que hemos hablado es totalmente necesario. El mundo laboral cambia continuamente, se van introduciendo nuevas técnicas en todos los trabajos y sobre todo, cada vez más dependemos de las nuevas tecnologías y de internet. Esto hace que todas las empresas que quieren seguir prosperando se vean obligadas a implantar la gestión del cambio. Si no lo hicieran, cada vez se quedarían más anticuadas y, como resultado de no estar actualizadas, cada vez obtendrían menos beneficios. 




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