viernes, 10 de mayo de 2013

Clase 8: 6-5-2013

La clase de este día estuvo dedicada a exposiciones de trabajos pero, cuando éstas finalizaron, dedicamos un tiempo a hablar sobre la imagen que damos cuando vamos a una entrevista de trabajo o cuando grabamos un videocurrículum. Es la primera imagen que van a tener de nosotros, por lo que debemos dar buena impresión. 
Antes de una entrevista de trabajo, solemos dedicar tiempo a intentar tenerlo todo bajo control. Cuidamos lo que nos ponemos, procuramos ser puntuales, llevamos un currículum actualizado y solemos preparar un discurso en el que defendemos que somos el candidato perfecto para el puesto. Pero si lo que argumentamos no viene reafirmado por los gestos, las expresiones y el tono de voz, no resultará creíble. 
Cuando hacemos una entrevista de trabajo, normalmente la empresa ya ha visto (leído) nuestro currículum, pero con él no se pueden llevar una idea muy completa de cómo somos, ya que simplemente es un papel con mucha información. Por ello, es importante dar buena imagen la primera vez que nos encontramos cara a cara con la persona que nos realiza la entrevista. 
Con los gestos, comunicamos de manera inconsciente tanto como con las palabras. Por eso, el entrevistador valorará nuestro lenguaje no verbal durante toda la charla. Hay que pensar que con la expresión corporal estamos diciendo si somos "pasotas", si estamos demasiado relajados o nerviosos...
Lo primero que tenemos que hacer en una entrevista de trabajo (o más bien antes) es ser muy puntuales. Si el entrevistador tiene que esperarnos, vamos a dar una imagen pésima. Pensarán que somos unos descuidados y, lo que es peor, unos irresponsables y con poco interés en el trabajo.
Por otro lado, nos pensamos que la ropa no tiene tanta importancia, pero no es así. No podemos ir a una entrevista de trabajo en zapatillas de deporte y chandal. Daríamos muy mala impresión, impresión de dejado y de estar poco pendiente de uno mismo. En función de la empresa que te vaya a hacer la entrevista, debemos elegir una indumentaria u otra, ni demasiado seria ni demasiado llamativa. Cada empresa tiene su propia imagen, y esa imagen es la que tú debes darles a ellos. Si nos entrevistan para trabajar en la sucursal de un banco, resulta adecuado ir bien vestido, con camisa y corbata, quizás. Si, por el contrario, la entrevista es para trabajar en un estudio de fotografía, por ejemplo, es posible que nuestra indumentaria pueda ser más desenfadada, pero sin exceder ya que, como se ha dicho antes, es esa la primera imagen que van a tener de nosotros.
Por otro lado, debemos estar relajados. No podemos mostrarle al entrevistador que estamos allí con miedo. Tiene que vernos decididos, con interés y con muchas ganas de empezar a trabajar con ellos. Eso siempre ayudará a que un entrevistador se lleve una buena imagen de ti. 

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