domingo, 20 de enero de 2013

Clase 4: 14-1-2013

     Está totalmente comprobado que la implicación del trabajador en la empresa y en su puesto de trabajo influye muy directamente en el desarrollo de la actividad empresarial de dicha empresa. Y por supuesto en el rendimiento de ésta.
     La implicación en el trabajo está muy ligada a las motivaciones del propio trabajador, sobre todo las individuales. Que una persona esté contenta en su puesto de trabajo, con sus compañeros y, sobre todo, con su salario (ya que hoy en día es lo que más interesa teniendo en cuenta la crisis económica que estamos viviendo) hace que ese trabajador tenga muchas más ganas de trabajar, de ayudar a que la empresa prospere. A todo esto, además, se le suma que cuanto más implicado esté en su trabajo, mayores posibilidades hay de que en un futuro pueda ascender. Todo esto hace que una empresa vaya hacia adelante, con sus más y sus menos, como todas, pero con todos sus trabajadores implicados se garantiza un mejor funcionamiento de la empresa.

     Por otro lado, hay directivos de ciertas empresas que no permiten que sus trabajadores se impliquen más de la cuenta. Esto puede ser por inseguridad, por miedo a que en un futuro le arrebaten su puesto o, simplemente, porque cree que la empresa funcionaría mucho mejor si cada uno se dedicara a realizar las actividades que su propio puesto le exige, ni más ni menos. 
     Pero también existen esa clase de trabajadores que son ellos los que prefieren no implicarse. Están seguros de que no van a recibir ningún tipo de beneficio si lo hacen (ni van a ascender de puesto, ni van a conseguir un aumento de su salario, etc), por lo que prefieren dedicarse exclusivamente a su trabajo, sin excederse en sus tareas. En mi opinión, la implicación del trabajador en la empresa me parece muy importante, porque se nota muchísimo en el rendimiento de una empresa cuando un trabajador no está contento en su puesto, sobre todo si es un puesto de cara al público. En varias ocasiones, hemos ido a tiendas o a restaurantes y nos han atendido personas poco amables, muy cortantes o directamente, muy antipáticas. Eso da muy mala impresión del negocio, por no decir que muchísima gente (entre ellas me incluyo) decide no volver a ir a ese lugar si no han sido amables o si no les han tratado bien. Y eso es lo más normal del mundo. Si tú vas a un restaurante en el que cuando te vayas vas a pagar una cierta cantidad de dinero por los servicios que te han ofrecido, lo mínimo que se puede exigir es haber sido bien tratado. 

     Con todo esto, decir que espero que cuando tenga mi puesto de trabajo (si estoy dedicándome a lo que me gusta) mi jefe o el director de mi empresa me deje implicarme en mi trabajo lo suficiente como para saber que con eso ayudaré al rendimiento de la empresa. Creo que a la larga, si no te implicas, te terminas aburriendo de tu trabajo, y ya ni las actividades que le corresponden a tu puesto las haces con ganas y con interés.

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