domingo, 27 de enero de 2013

Ejercicio de negociación en clase

En una clase se presenta un conflicto muy común: fijar la fecha de un examen de recuperación de la evaluación anterior. Una parte de la clase piensa que cuanto más tarde, mejor, ya que tendrá más tiempo para estudiar. Otra parte, en la que yo me incluyo, piensa que es mejor hacerlo cuanto antes.

Línea de argumentación para defender mi opinión.

Cuanto antes se haga el examen, mejor, ya que así podremos empezar a trabajar en las tareas de la nueva evaluación. Mientras se tenga pendiente un examen de la evaluación anterior, no seremos capaces de ponernos a estudiar materia nueva. Nos creemos que los exámenes de este trimestre nos quedan muy lejos, pero no es así. Cuanto menos nos lo esperemos ya estamos en semana blanca y se nos vuelve a echar el tiempo encima. Además, cuanto más se retrase, más tarde nos pondremos a estudiar, porque creeremos que tenemos mucho tiempo e iremos con más calma.

Objetivo.

Mi objetivo es que el examen se ponga cuanto antes, ya que así podré empezar a dedicarme a los trabajos y al estudio de los exámenes de esta evaluación. Lógicamente, quiero aprobar igual que todos, y creo que cuanto más retrasemos la fecha del examen será peor. Lo dejaremos hasta el último día y al final no aprobaremos ni la recuperación ni los exámenes de este trimestre. Y ese es mi objetivo, aprobarlo todo, ya que en la primera evaluación no pudo ser así. Este trimestre lo he empezado con la idea de no tener ninguna pendiente para final de curso, y así poder terminar en mayo. Si tengo alguna pendiente por retrasar fechas y confiarme, en vez de acabar en mayo, acabaremos en junio.

Clase 6: 23-1-2013

La negociación en una empresa es el proceso por el que las partes interesadas resuelven conflictos, acuerdan líneas de conducta, buscan ventajas individuales o colectivas o procuran obtener resultados que sirvan a los intereses de la empresa. Serán necesarias siempre dos partes con opiniones diferentes, sino no habrá nada que negociar. Está prevista en todas las negociaciones la presencia de un árbitro, siempre y cuando las dos partes negociantes estén de acuerdo con ello.
En toda negociación siempre hay unos intereses que conseguir por ambas partes implicadas en la negociación. Por ello, el objetivo de todas ellas es llegar siempre a un acuerdo entre ambos bandos.
Las expectativas son una parte fundamental en toda negociación. Son éstas las que nos hacen o no llegar a un acuerdo. Es muy importante también el coste de oportunidad, aquello que dejamos de ganar por haber elegido una opción y no otra. Los empresarios, en este caso, basan sus decisiones en base al coste o privación de recursos para conseguir mayor rentabilidad. Siempre que elijas una opción estarás descartando otra, por lo que habrá que estudiar con detenimiento qué opción es la más beneficiosa para la empresa. 
En toda negociación es muy importante estar bien informado, tanto una parte como otra. Por ejemplo, si se está negociando la compra de acciones de una empresa en particular, tendremos que tener toda la información necesaria de esa empresa. Hay que exigirle al dueño de dicha empresa la apertura de libros para poder conocer todos sus datos económicos.
Una de las negociaciones más comunes son las llamadas participaciones cruzadas, que es la situación producida cuando dos sociedades o empresas poseen acciones cada una de la otra de forma recíproca. En este caso, ambas empresas tienen que conocer a fondo todos los detalles de la empresa contraria, ya que se van a unir de tal manera que será necesario controlar toda la empresa en conjunto, no sólo una parte. 

Clase 5: 21-1-2013

En toda empresa, son muy importantes las reuniones que se hacen a menudo. A ellas pueden asistir todos los trabajadores, si la empresa es pequeña y con pocos miembros, o acudir aquellos que tienen cierto cargo en la empresa, en los casos de empresas de mayor envergadura. Estas reuniones se organizan para tratar ciertos aspectos que son de importancia para todos los miembros de la empresa, y también para conseguir siempre una mejora de su actividad, mayor productividad y mayor rendimiento.
Toda reunión empresarial tiene una serie de elementos que no pueden faltar.
  • Orden del día. Es importante tener claros los objetivos de la reunión, las personas que deben intervenir, los espacios de tiempo, el qué, cuándo y por qué de las diferentes intervenciones y protagonismos. La orden del día deben tenerla los asistentes a la reunión antes de que ésta se celebre.
  • Convocante. Toda reunión ha sido convocada por una persona que ha decidido que ciertos aspectos de la empresa son necesarios de tratar.
  • Convocados. En una reunión, siempre va a haber personas que han sido convocadas para que asistan a dicha reunión. Como se ha dicho antes, normalmente son los representantes o encargados de las secciones en las empresas grandes, o simplemente los accionistas. Por el contrario, si la empresa tiene pocos trabajadores, serán frecuentes las reuniones en las que se cuente con la opinión de todos ellos, siempre que sean un número pequeño de empleados.
  • Medios. Si se organiza una reunión empresarial, el convocante debe tener en cuenta que se ha de expresar ante un número de gente, y que cuantos más recursos tenga, mejor. No es lo mismo una reunión en la que sea todo hablado, teniendo el riesgo de que los asistentes se pierda en cualquier momento, que una reunión en la que el convocante pueda apoyarse en una presentación proyectada, por poner un ejemplo.
  • Objetivos. Toda reunión se crea para conseguir unos objetivos. En las reuniones empresariales los objetivos son muy claros: solucionar algún problema entre trabajadores o secciones, aumentar la productividad, establecer estrategias de negocio o de ventas...
  • Tiempo de duración. Es importante que se controlen los tiempos de la reunión, ya que no puede durar horas y horas. Este aspecto está muy relacionado con el siguiente.
  • Moderación de la reunión. Debe haber una persona que modere la reunión y que controle los tiempos de intervención de cada persona. Por este motivo, este aspecto está muy ligado al anterior, ya que en función de la moderación de la reunión, ésta durará más o menos. Se elegirá a una persona u otra como moderador en función del tema.
  • Conclusiones. Al finalizar la reunión, se debe haber llegado a una serie de conclusiones después de tratar todos los temas que se habían planeado en un principio.

domingo, 20 de enero de 2013

Clase 4: 14-1-2013

     Está totalmente comprobado que la implicación del trabajador en la empresa y en su puesto de trabajo influye muy directamente en el desarrollo de la actividad empresarial de dicha empresa. Y por supuesto en el rendimiento de ésta.
     La implicación en el trabajo está muy ligada a las motivaciones del propio trabajador, sobre todo las individuales. Que una persona esté contenta en su puesto de trabajo, con sus compañeros y, sobre todo, con su salario (ya que hoy en día es lo que más interesa teniendo en cuenta la crisis económica que estamos viviendo) hace que ese trabajador tenga muchas más ganas de trabajar, de ayudar a que la empresa prospere. A todo esto, además, se le suma que cuanto más implicado esté en su trabajo, mayores posibilidades hay de que en un futuro pueda ascender. Todo esto hace que una empresa vaya hacia adelante, con sus más y sus menos, como todas, pero con todos sus trabajadores implicados se garantiza un mejor funcionamiento de la empresa.

     Por otro lado, hay directivos de ciertas empresas que no permiten que sus trabajadores se impliquen más de la cuenta. Esto puede ser por inseguridad, por miedo a que en un futuro le arrebaten su puesto o, simplemente, porque cree que la empresa funcionaría mucho mejor si cada uno se dedicara a realizar las actividades que su propio puesto le exige, ni más ni menos. 
     Pero también existen esa clase de trabajadores que son ellos los que prefieren no implicarse. Están seguros de que no van a recibir ningún tipo de beneficio si lo hacen (ni van a ascender de puesto, ni van a conseguir un aumento de su salario, etc), por lo que prefieren dedicarse exclusivamente a su trabajo, sin excederse en sus tareas. En mi opinión, la implicación del trabajador en la empresa me parece muy importante, porque se nota muchísimo en el rendimiento de una empresa cuando un trabajador no está contento en su puesto, sobre todo si es un puesto de cara al público. En varias ocasiones, hemos ido a tiendas o a restaurantes y nos han atendido personas poco amables, muy cortantes o directamente, muy antipáticas. Eso da muy mala impresión del negocio, por no decir que muchísima gente (entre ellas me incluyo) decide no volver a ir a ese lugar si no han sido amables o si no les han tratado bien. Y eso es lo más normal del mundo. Si tú vas a un restaurante en el que cuando te vayas vas a pagar una cierta cantidad de dinero por los servicios que te han ofrecido, lo mínimo que se puede exigir es haber sido bien tratado. 

     Con todo esto, decir que espero que cuando tenga mi puesto de trabajo (si estoy dedicándome a lo que me gusta) mi jefe o el director de mi empresa me deje implicarme en mi trabajo lo suficiente como para saber que con eso ayudaré al rendimiento de la empresa. Creo que a la larga, si no te implicas, te terminas aburriendo de tu trabajo, y ya ni las actividades que le corresponden a tu puesto las haces con ganas y con interés.

viernes, 11 de enero de 2013

Clase 3: 9-1-2013

     Al hablar de la dirección de una empresa es muy importante tener en cuenta que DIRECCIÓN y PROPIEDAD no son la misma cosa. Esto varía en función del tamaño de la empresa. En las empresas pequeñas, es muy habitual que el director sea el dueño de ella; pero, en empresas de mayor tamaño, normalmente no son la misma persona. 
     El trabajo del directivo de una empresa es combinar los recursos humanos y técnicos de la mejor manera posible para conseguir los objetivos marcados; ha de dirigir los esfuerzos de otras personas hacia los objetivos de la empresa, que son comunes a todos ellos. 
      Esta entrada del blog vamos a dedicarla a hablar de dos tipos de dirección. La dirección autoritaria y la dirección democrática o participativa. La dirección autoritaria es la visión en la que el director o los directores concentran toda la autoridad en ellos mismos. Se dan las órdenes y se espera que sean obedecidas sin preguntas. Todas las decisiones son tomadas por el director y nada se discute con los subordinados. En mi opinión, este tipo de dirección puede ser adecuado durante un corto periodo de tiempo, pero a la larga creo que fracasaría, ya que los empleados se sentirían objetos totalmente; además, creo que podría llegar a crear problemas y resentimientos en el lugar de trabajo. En general, no suele ser muy aceptado por los empleados, excepto en condiciones de crisis como la que nos encontramos en este momento, que se acepta cualquier cosa.
     Por otro lado, contamos con la dirección democrática o participativa. En este tipo de dirección, los directores comparten la toma de decisiones con sus colaboradores siempre que sea posible; eso sí, deben mantener la autoridad de su cargo al tiempo que hace partícipes a sus trabajadores en los problemas que les atañen. La característica que mejor determina este tipo de dirección es que el director de una empresa debe tener muy claro quién puede tomar la decisión en cada caso. En mi opinión, este tipo de dirección es muy motivadora para los trabajadores, ya que ellos se sienten más útiles en la organización. Además, permite al director delegar en determinados asuntos más rutinarios, para así dedicarse él a planificar, coordinar y controlar la empresa. 

     A continuación, se va a plantear un caso hipotético. Considerando que somos el alto cargo de una empresa con 500 empleados distribuidos en 3 ciudades distintas, ¿qué criterios favorables y desfavorables tendríamos en cuenta para ceder nuestro puesto durante un tiempo a un subordinado?
  • Criterios favorables. Uno de los criterios que se debe tener en cuenta para que una persona adquiera un puesto superior al que tiene es su experiencia laboral en la empresa. Este criterio está totalmente ligado a la antigüedad en dicha empresa. Si lleva cierto tiempo trabajando en ella, sabe cómo funciona todo, qué se necesita y qué hay que tener en cuenta para conseguir los objetivos fijados. Por otro lado, otro criterio a tener en cuenta es el cargo que desempeñe en la empresa. En mi opinión, no se le puede dar el puesto de director a una persona que desempeñe una función muy por debajo de ésta, ya que no está acostumbrada a tener tantas responsabilidades. Por último, y no por ello menos importante, es totalmente necesario que la persona que adquiera el puesto de director sea muy responsable. Tiene que ser capaz de organizar a toda una empresa, y para ello, esa persona tiene que dar ejemplo al resto de trabajadores. 
  • Criterios desfavorables. Si una persona no sabe trabajar en equipo ni organizarlo no podrá ser capaz de dirigir a toda una empresa con 500 empleados. Por otro lado, creo que es de gran importancia que la persona que adquiera el puesto de director haya tenido un puesto con alguna relación. Por ejemplo, el diseñador de la empresa realiza tareas para nada relacionadas con las que hace un director. En ese caso, quizás no sepa cómo realizar un trabajo totalmente distinto. Y, por último, una persona que no sea capaz de mostrar cierta autoridad o de imponer respeto no va a poder dirigir a toda una empresa. Si no es así, los trabajadores lo tratarán como si fuera uno más de ellos, y no se debe olvidar que, desde ese momento, él es la máxima autoridad en la empresa. 

Análisis del liderazgo de Hitler

El liderazgo no se basa sólo en las características de quien manda, sino también en la sociedad de masas, es decir, en los que son gobernados. Por eso, se deben tener en cuenta ambas partes. 
Para ocupar el lugar de líder, Hitler necesitó una serie de características personales para manipular a la población. Se aferraba a los sentimientos nacionalistas para crear un vínculo que lo llevaba a unificar la nación. Para lograr ese vínculo utilizaba la historia, las creencias comunes, las costumbres comunes. También se basa en el pasado para ejercer su liderazgo y construir un nuevo futuro para la nación. Tenía una gran habilidad para convencer al pueblo de que se faltó al respeto al orgullo nacional y al ser alemán. Para ello, se apoya en sus dos enemigos: los judíos y los vencedores de la guerra. 
Hitler era capaz de hablar durante horas con el fin de manipular los sentimientos de los demás. El teatro y la oratoria eran sus mejores armas. 

Independientemente de que actuara mal o bien, Hitler fue considerado un auténtico líder. Tenía a la mayoría del pueblo a su favor. Todos se paraban a escucharle y a alabarle. Él, en su día, buscaba el bien del pueblo, aunque a día de hoy su manera de actuar nos parece una auténtica locura. Él pensaba que, actuando de esa manera, ayudaría al pueblo alemán.